martes, 15 de julio de 2008

La versión argentina del CJ


En Argentina se empezó a hablar de economía solidaria después del 2001, y de comercio justo, más o menos, a partir del 2003. Ese año, algunas organizaciones y grupos de productores locales empezaron a encontrarse, y una veintena, en el 2004, formó la Red Argentina de Comercio Justo. Se siguieron encontrando a razón de dos veces anuales, tomando contacto con las realidades locales de cada región, incluso intercambiando productos para vender en los espacios de comercialización que algunas ya tenían. Se habló del modelo europeo y de lo diferente que era la versión local que estaba tomando forma. Todos creímos que era necesario crear una nueva forma de comercio justo al interior de nuestros países y entre nosotros, lo llamamos comercio justo sur-sur: una relación que habría que profundizar con los años, porque muchas de las organizaciones no podían llegar a los niveles de exportación. Y no sólo por eso: debíamos adoptar el modelo para cambiar la realidad local, para volver a poner al productor en el centro de la escena y para promocionar juntos una economía más humana que nos sacara de nuestra histórica situación de desigualdad.
También se puso en discusión el concepto de comercio justo etiquetado o certificado, y la conclusión fue casi unánime: una certificación crearía más problemas de los que solucionaría. Trabajamos en base a la confianza y el conocimiento mutuo y pronto tuvimos que responder el pedido de otras organizaciones que querían integrar la red. Se propuso obtener una personería jurídica para facilitar el funcionamiento institucional y para crear un reglamento que permitiera incorporar nuevos actores. En 2008 la entidad civil aún no comienza a tramitarse, pero algunas organizaciones siguen activamente su trabajo. Se creó una red de contactos y especialistas latinoamericanos en el tema, y muchos referentes de las organizaciones viajan periódicamente a los encuentros de comercio justo o economía social organizados en Chile, Brasil, Uruguay, Bolivia o Perú.
El CJ versión argentina aún sigue buscando su forma. Falta llegar con más fuerza a los consumidores, educándolos en las ventajas del consumo responsable; falta lograr, en algunos casos, el acceso a prefinanciamiento para materias primas que escasean (como el algodón, desplazado por la soja, o la lana, que se exporta casi toda). Falta lograr cohesión entre los mismos actores para que, a pesar de las diferencias, mantengamos los principios básicos y lleguemos con un mismo mensaje a los ciudadanos.

Escribime para recibir la lista de tiendas de Comercio Justo en Buenos Aires.

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