jueves, 26 de marzo de 2009

CJ universitario en Mendoza

El proyecto “Red de Comercio Justo” busca generar un ámbito de reflexión, sensibilización y socialización del comercio justo, la soberanía alimentaria o la reforma agraria integral. Apunta a conformar una canasta de productos básicos elaborada por productores nucleados en la Unión de Trabajadores Sin Tierra y lograr un cambio en la cultura de los consumidores basándose en principios de solidaridad y equidad.
El eje temático que dio origen a la idea fue la economía social y así se creó un equipo de trabajo que ideo un proyecto de extensión “Red de Comercio Justo” que, financiado por la secretaría de Extensión de la UNCuyo espera generar una canasta de productos básicos desde la Unión de Trabajadores Sin Tierra. Emanuel Jurado, Julia Nievas, Guadalupe Pascual y Marcelo Fernández son quienes presentaron la propuesta que fue elegida para ser concretada.
Julia Nievas relata que sus expectativas tienen que ver con lograr que las canastas de productos -de las organizaciones integrantes de la Red- lleguen a los hogares y a los consumidores que se vayan sumando al proyecto. “Nuestra idea es que crezca y se sumen más consumidores beneficiados por la idea”, se entusiasma.
Parte del trabajo involucra tener contacto con consumidores. Así, hasta el momento se están centrando en el segmento de consumo de la clase media. Marcelo Fernández explica que pronto van a comenzar a discutir algunas cuestiones relacionadas con lo que significa la economía social, lo que es actualmente la reforma agraria y la soberanía alimentaria, que vendría de la mano de la Unión de Trabajadores Sin Tierra. También, lo que significa trabajar en colectivo y entender que no es necesario esperar a que alguien dé pautas a través de los medios masivos sobre lo que se tiene que consumir, sino precisamente ir discutiendo sobre las acciones que tanto consumidores como los productores, consideran que son las más adecuadas. “Nos parece que ésta perspectiva de horizontalidad es lo más importante”, apunta Fernández.
Por su parte, Manuel Jurado señala que la convocatoria de la Universidad a presentar proyectos de trabajo que se vincularan directamente con la sociedad y ayudaran a resolver algún problema concreto de la comunidad “me pareció bastante interesante, desde el punto de vista del acompañamiento que tiene. Nos permite trabajar con bastante flexibilidad, e ir corrigiendo algunas dificultades que vamos teniendo con el desarrollo del proyecto”.
El equipo aspira a contar con al menos 50 consumidores permanentes de este tipo de canastas. Para ello será importante poner en debate las diferentes formas de consumo y generar un cambio en la cultura que se acerque a los principios de solidaridad y equidad para reemplazar el abastecimiento de determinados productos -que normalmente se obtienen en supermercados e hipermercados- por productos locales que ofrece la Red de Comercio Justo.

viernes, 20 de marzo de 2009

Mundo Aborigen en Córdoba

Mundo Aborigen es una organización dedicada a difundir la cultura aborigen en Córdoba Capital. Tienen una tienda de venta de artesanía y una biblioteca específica de los pueblos originarios (antropología, arqueología, arte, salud, literatura, política, leyes, historia, etc). Además, dictan charlas en las escuelas.

Mundo Aborigen está ubicado en Rivadavia 155, ciudad de Córdoba. Su teléfono es 0351-4212864 y el mail: mundoaborigen_cba@hotmail.com
Los invito a apoyar sus actividades comprando artesanía allí.

lunes, 16 de marzo de 2009

Visión latinoamericana en España

Pablo Guerra estuvo en Barcelona, invitado por SETEM. Allí escpuso su visión del Comercio Justo en Latinoamérica. Reproducimos un artículo suyo al respecto:

2009-03-09
Apuntes desde una perspectiva latinoamericana
El comercio justo y la economía solidaria deben ir de la mano

La semana anterior fui invitado por los amigos de SETEM (España) en el marco del lanzamiento de su Anuario de Comercio Justo, una obra que ciertamente merece un especial reconocimiento por la profesionalidad con la que fue realizado así como por la pertinencia de sus datos en circunstancias en que los ámbitos de investigación usuales, caso de las Universidades u oficinas de Estado, no dan debida cuenta del fenómeno.
En dicha ocasión pude compartir con militantes sociales de Madrid, Barcelona y Pamplona, mi visión conceptual sobre el comercio justo y sus vínculos, no solo prácticos sino también teóricos, con el paradigma de la economía solidaria. En efecto, creo que la teoría tiene un rol que cumplir en el diálogo con las prácticas concretas de un movimiento social y económico que nació con un espíritu fundamentalmente práctico, pero que con el paso de los años se ha visto necesitado de una mirada más teórica e incluso ideológica a los efectos de vislumbrar su horizonte de cara a los enormes desafíos que ya está enfrentando desde hace un tiempo a esta parte.
Desde mis comienzos en la investigación de teorías y prácticas socioeconómicas alternativas he sentido una particular atracción por el movimiento del comercio justo. Hay al menos tres razones para ello. En primer lugar, el comercio justo es una de esas experiencias junto a tantas otras que a lo largo y ancho de todo el mundo se incluyen dentro de esa búsqueda por construir un mundo diferente apostando para ello no a meras elucubraciones, sino a prácticas concretas. En segundo lugar es un movimiento que vuelve a ubicar a la economía (con particular énfasis en la fase comercial) en un contexto social, lo que Polanyi denominó la “economía imbricada” (embedded economy), en oposición a la economía desimbricada, esencia del capitalismo según el autor de La Gran Transformación. En tercer lugar, el comercio justo retorna a los valores (la ética) en el discurso económico, fenómeno prescindente entre las corrientes liberales de la economía (fundadas más bien en los antivalores, como nos lo recuerda Hirschman o incluso irreconciliables con la economía, al menos según algunos de los máximos exponentes del neoliberalismo económico, caso de Von Hayek.
En ese sentido, sostengo que el comercio justo es la fase de comercialización de toda economía solidaria. Conviene precisar aquí que el comercio es connatural a cualquier modelo económico, en tanto actividad encaminada a intercambiar bienes. Más dificultoso es definir la justicia en el plano comercial. Dejaré para otra ocasión la discusión acerca de si es posible establecer un “precio justo”, como anhelan muchos seguidores de estas corrientes. A los efectos de estas líneas digamos que el comercio justo se distingue del comercio mercantil por establecer los valores (precios) conforme motivaciones y bilateralidad guiadas por una racionalidad solidaria. Esta definición del comercio justo evidentemente es mucho más amplia e incluyente que la definición comúnmente divulgada por FINE, que pone énfasis en el comercio internacional y en el compromiso de los países del Norte para con los países del Sur.
Asumir que el comercio justo (y no libre, por ejemplo) es el prototipo de comercio que fomenta y procura una economía solidaria, trae aparejado consecuencias evidentes. La primera de ellas es que no solo existe el comercio justo cuando el norte compra al sur (y éste vende al norte), sino también cuando el sur compra y vende al sur e incluso cuando el norte compra y vende al norte. Es un hecho que en América Latina se ha venido reflexionando bastante sobre el comercio justo sur – sur. También es un hecho que en la práctica, numerosos colectivos de economía solidaria en nuestro continente se han apropiado del término de comercio justo, de forma muy natural y muchas veces incluso sin tener conciencia de la existencia de un movimiento que, por ejemplo, comercializó productos certificados en 2007 por un valor de 2.3 mil millones de dólares. Lo hacen incorporando algunos otros adjetivos como “comunitario”, “alternativo”, “equitativo” y “solidario” entre los más frecuentes. Las propias redes de la economía solidaria en América Latina vienen tratando de articular ambos conceptos. Nótese al respecto como los encuentros internacionales de RIPESS LA son convocados como Encuentros Latinoamericanos de Economía Solidaria y Comercio Justo, lo mismo que muchos encuentros del Espacio Mercosur Solidario y de IFAT LA; o cómo la red de tiendas (una especie de NEWS latinoamericana) se convoca como Encuentro Latinoamericano de Tiendas de Economía Solidaria y Comercio Justo.
Una segunda consecuencia es admitir que los consumidores responsables no están solo en el norte, sino en todo el mundo, y con la misma convicción, establecer que la producción justa y solidaria puede darse en países ricos y países pobres. Admito que una definición de este tipo rompe con el paradigma original del comercio justo. Si bien una gran mayoría de los líderes del Fair Trade convendrán en que el comercio sur – sur puede verse como parte del Comercio Justo (en la medida que se cumplan con esa ética de mínimos que forma parte de sus principios establecidos), más dudoso es que lo admitan en referencia al comercio norte – norte (aún cumpliendo con esos mismos principios). En España, por ejemplo, algunos prefieren diferenciar entre el “comercio solidario” y el “comercio justo”, el primero de ellos abierto a la promoción de sus economías locales, el segundo caracterizado por comercializar productos elaborados en los países del sur.
En lo particular creo que entender al comercio justo como toda comercialización operada en el marco de un paradigma de economía solidaria, contribuirá a avanzar en el desafío de entender este fenómeno no tanto desde una perspectiva del altruismo, como desde una perspectiva de la reciprocidad y de la ayuda mutua. Contribuirá además a entendernos como parte de un mismo sector económico, y parte de un mismo movimiento que a nivel mundial impulsa una economía alternativa, reconociendo que en todas partes podemos producir, consumir, ahorrar, invertir, distribuir y comercializar de manera justa y responsable.

Por Pablo Guerra, Sociólogo, Profesor en la Universidad de la República (Uruguay). Promotor de diversas experiencias y redes de economía solidaria y comercio justo en América Latina.


Fuente: http://www.alainet.org/active/29319&lang=es


viernes, 13 de marzo de 2009

Cadbury quiere el sello


Cadbury –una de las mayores empresas de golosinas del mundo- anunció el inicio del proceso para la certificación de sus chocolates Dairy Milk por la Fairtrade Foundation, entidad independiente que incentiva el comercio justo y sustentable. La compañía será la primera del mundo en el segmento golosinas que busca el sello de aval de la reconocida organización. El proceso de certificación de Fairtrade mostrará, el compromiso de Cadbury con el desarrollo de las compañías que trabajan buscando un comercio ético y sustentable. El mejor ejemplo de ello es el trabajo desarrollado junto a los trabajadores de cacao de Ghana, desde el año pasado, cuando la empresa anunció el “Cadbury Cocoa Partnership”, con el objetivo de garantizar la sustentabilidad económica, social y ambiental de las plantaciones de cacao del país africano. De esta manera, la compañía reafirmó el compromiso con los productores locales dado que la empresa mantiene la comercialización del cacao ghanés desde hace más de 100 años. El Programa cumplió, un año en el mes de febrero y, desde su lanzamiento, más de US$ 45 millones fueron invertidos en el cultivo sustentable de cacao.
Cadbury trabajará en la obtención del certificado de Comercio Justo para sus Chocolates Dairy Milk de los mercados de Gran Bretaña e Irlanda. El chocolate de Ghana es reconocido como el de mejor calidad del mercado.
El Programa Cadbury Cocoa Partnership tiene por objetivo aumentar la productividad de las plantaciones locales y mostrar los beneficios del cultivo de cacao para las generaciones futuras.
Para ello, el proyecto posee las siguientes metas: aumentar los ingresos de los productores de cacao, colaborando en la mejora de la calidad de los granos, y no en el aumento de los mismos. Introducir nuevas fuentes de ingreso, como la viabilidad de pequeños empréstitos y el incentivo a la cultura de otros productos, invertir en el desarrollo de la comunidad, por medio de la ayuda a la mejora de la educación, la implementación de proyectos de biodiversidad, construcción de reservorios de agua potable y, finalmente, trabajar en conjunto, desarrollando un modelo pionero desde sus fundaciones. Productores, gobierno, ONGs y agencias internacionales trabajarán juntas para decidir cómo el fondo (disponible para el proyecto) será invertido, y para implicar a las organizaciones locales.


Marzo de 2009


viernes, 6 de marzo de 2009

Noticias de la yerba Titrayju

La gente del CECOCAI (Centro de Comercialización Campesino e Indígena, con sede en Bulnes 14, Capital) anunció que el proyecto de la yerba Titrayju se termina, por lo menos en ese espacio de comercialización solidaria en Almagro.

No queda claro si la yerba continuará produciéndose con ese nombre-en cuanto tenga noticias les cuento aquí-, pero sí queda claro que hay cambio de nombre para toda la propuesta de comercialización, que ahora será JEPE´A, con la misma dirección y la venta varios productos de emprendimientos cooperativos y familiares del país, entre ellos otras yerbas de origen ccoperativo.

La nueva web, que reemplaza a http://www.titrayju.com.ar/, es: http://www.jepea.com.ar/


Se puede ver un documental sobre Titrayju en http://nuestraamerica.tu.tv/

miércoles, 4 de marzo de 2009

Otra denuncia contra Kosiuko

El lunes 2 de marzo, la Defensoría del Pueblo de la Ciudad por un lado y la Alameda por el otro, presentaron una denuncia penal contra la firma Kosiuko por violación a la ley de migraciones, a la ley de trabajo a domicilio, trabajo infantil y trata y tráfico de personas. Ambas denuncias serán radicadas en el Juzgado Federal 10 del Dr Ercolini, donde se encuentra la primer denuncia contra esta firma que el Gobierno de la Ciudad realizara en setiembre de 2006 junto a la Alameda.
El caso que se ventila en esta oportunidad, con testimonios, videos, etiquetas y testigos, es el de un taller de flores de donde escaparon dos costureros a mediados de enero y el sacerdote Mario Videla, Director de Migraciones del Arzobispado y el rabino Damian Karo de la Fundación Judaíca de Sergio Bergman son testigos de que el taller pertenece a Kosiuko, que la firma lo reconoció como propio y que pese a ello se negó a pagar la indemnización correspondiente y a denunciar judicialmente a ese taller.

En setiembre Federico Bonomi, dueño de Kosiuko, había solicitado a la Alameda trabajar en común un diagnóstico sobre su cadena de producción, pues la firma decía tener interés en erradicar el trabajo en negro. A pedido de la Alameda, la Iglesia y la Fundación Judaíca de Bergman fueron testigos de un proceso que ni siquiera llego a desarrollarse, porque en medio de las tratativas surgió la denuncia del taller de Flores que Kosiuko admitió como vinculado a la empresa, pero se negó a pagarles lo que les correspondía y a denunciar judicialmente a los talleristas que reducian a la servidumbre a sus costureros mientras cosían exclusivamente para esa firma. Hoy se presentarán las dos denuncias penales y la Fundación Liga Argentina por los Derechos Humanos junto a la Alameda solicitarán constituirse como querellantes contra la firma. Entretanto, a las 19 horas se realizará un escrache en la sede de uno de los locales de Kosiuko, ubicado en la Avenida Santa Fe 1779 y convocado por la Alameda y el Movimiento de Trabajadores Excluidos que agrupa a las cooperativas de cartoneros.


Fuente: Gacetilla de prensa de La Alameda