miércoles, 10 de febrero de 2010

Suiza es líder mundial en el consumo de productos del comercio justo


Suiza posee un récord muy particular: es el país del mundo con el mayor consumo per cápita de productos solidarios. Una rama del comercio que sigue en crecimiento a pesar de la crisis.

Con un gasto de 32,75 francos suizos por año y por persona, los suizos son los mayores consumidores en el mundo de productos del comercio equitativo. Les siguen, a mucha distancia, los británicos con 18 francos, y los daneses, con 11,30 francos.

Estas cifras forman parte del informe Fair Trade 2007: Facts and Figures (Comercio Justo 2007:Hechos y Cifras) presentado a fines de diciembre 2008.

El texto recoge sistemáticamente los datos referentes a 28 países europeos, junto a los de los Estados Unidos, Canadá, Japón, Australia y Nueva Zelanda. El informe da cuenta del éxito de un movimiento nacido hace 60 años que promueve un comercio solidario en 33 países del mundo.

Entre 2004 y 2007 las ventas globales certificadas por la organización internacional Fairtrade Labelling Organization (FLO) resultaron casi triplicadas, resultando en 832 millones de euros registrados en 2007.

Los actores sociales en Suiza

La primera tienda de productos de comercio justo en Suiza se abrió en diciembre de 1974 en Lausana. Hoy son cerca de 300 las Tiendas del Mundo en todo el país, mientras que los productos ‘fair trade’ (comercio equitativo) pueden ser adquiridos en 2.500 supermercados. En la Suiza francófona, la Asociación de Tiendas del Mundo reagrupa unos cuarenta negocios, mientras que su homóloga de la Suiza de habla italiana coordina el trabajo de 16 tiendas.

La sociedad ‘claro fair trade’ es la principal central de importaciones en Suiza. La empresa presenta una experiencia de 30 años y está presente en la región germanófona con unas 140 tiendas. Son igualmente activas en el campo de las importaciones organizaciones más pequeñas, pero muy dinámicas, como ser ‘TerrEspoir’, ‘Zur Kalebasse’ o Helvetas.

Caritas-Fairtrade, sociedad unida a la organización humanitaria Caritas Suiza, se concentra exclusivamente en el comercio equitativo, cumpliendo funciones de importador, mayorista y proveedor, con una muy particular atención al artesanado. La organización Geban se cuenta entre las pioneras de Europa. Su trabajo es muy apreciado gracias a sus enfoques innovadores. La empresa importa y distribuye los bienes producidos por la agricultura ecológica y lleva 30 años trabajando con pequeños agricultores en Burkina Faso, Brasil y Túnez.

La fundación Max Havelaar tiene la facultad para certificar con el sello de calidad “Max Havelaar” los bienes producidos y comercializados siguiendo los criterios del comercio equitativo garantizados por la FLO. Uno de sus mayores éxitos ha sido conseguir la entrada en supermercados helvéticos como la Coop o Migros.

En 2007 entra en escena Swiss Fair Trade, el foro suizo por el comercio equitativo, con el objetivo de coordinar y reforzar las acciones y el peso de los principales protagonistas de esta tendencia: importadores, organizaciones no gubernamentales, entidades de certificación de las marcas y asociaciones promotoras del comercio equitativo.

Por un mundo más justo


En la Suiza italiana se festejan 30 años de la existencia del movimiento del comercio justo. “Desde entonces han cambiado muchas cosas. La globalización de los mercados y la fortísima competencia han transformado el mundo laboral y la sociedad, generando entre tanto nuevas formas de desigualdad”, destaca la presidenta de la Asociación Tiendas del Mundo, Claire Fischer Torricelli.

“El comercio equitativo contribuye a hacer de nuestro mundo un sitio un poco más justo. Las cifras de la solidaridad a escala internacional hablan por sí solas: más de 5 millones de productores y trabajadores, más de 50 países del Sur, 3.000 asociaciones y cooperativas de base, 450 organizaciones importadoras, 100.000 voluntarios, 4.000 Tiendas del Mundo”.

Si bien es cierto que hoy el comercio justo no puede ya prescindir de la lógica del márketing, es igualmente cierto que la fuerza y los ideales de los cuales se alimenta no se reducen, sino que incluso hay señales alentadoras. Mientras la crisis erosiona cada vez más espacio de consumo en toda Europa, el nicho del comercio justo se mantiene estable. Y esto ocurre no tanto por las características del producto, sino sobre todo por los valores de los cuales esta iniciativa es portadora y promotora en nuestro planeta.

En un contexto de grandes cambios, incluso el comercio equitativo ha visto pequeñas y mayores transformaciones. En el mercado aparecen no sólo grandes marcas (como Max Havelaar, por ejemplo) sino que también surge con fuerza la gran distribución. “Para las Tiendas del Mundo, esta nueva competencia – explica Claire Fischer Torricelli – representa un gran reto: convertirnos nosotros también en actores económicos sin perder nuestra identidad y nuestros ideales, que siguen siendo principalmente los de dar a los pequeños productores del Sur la posibilidad de una vida más digna”.

La calidad y el desafío del voluntariado


Si en estos años el comercio equitativo ha conocido una progresión en los índices de aceptación de los consumidores, es también gracias a la mejora constante de la calidad. “Los primeros productos respondían casi exclusivamente a un criterio solidario”, explican Daniela Sgarbi Sciolli e Ingrid Joray, responsables de la sede central en la Suiza italiana de las Tiendas del Mundo.

Pero con el tiempo la calidad se convirtió en un parámetro cada vez más importante, aunque sin incidir en los principios de equidad y solidaridad, asegurando a los productores del Sur una remuneración justa que les permita tener acceso a una vida digna que tenga en cuenta el tipo de trabajo realizado y sus condiciones de vida.

“Pero la calidad por sí sola no basta. Debe incluso profesionalizarse el voluntariado para poder mantener a medio y largo plazo la realidad de las Tiendas del Mundo”, señalan Sgarbi Sciolli y Joray. “Asumir como propias algunas reglas del mercado no significa sacrificar los ideales de solidaridad y justicia, sino darse los instrumentos para continuar a vender de forma duradera la maravillosa idea del comercio equitativo por parte de quienes garantizan la solidez del origen de los productos. Esa es la forma de asegurar un futuro para las Tiendas del Mundo”.

Françoise Gehring
(Traducción y adaptación: Rodrigo Carrizo Couto)
Fuente: www.swissinfo.ch
Foto: Claro

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