viernes, 16 de abril de 2010
Soberanía alimentaria en Mendoza
Siempre les pido a las organizaciones que trabajan en comercio justo, economía social y consumo responsable que me manden información y material propio para publicar en este blog. Este es un texto del El Almacén Andante, uno de los inegrantes de la red de comercio justo de Mendoza, que salió publicado en su boletín. Es una muestra concreta de cómo hacen soberanía alimentaria "de carne y hueso" en Mendoza, una construcción diaria que incluye consumidores responsables, voluntarios y productores locales.
"El Almacén Andante es mucho más que una distribuidora de productos elaborados por cooperativas y pequeños productores. Nuestra intención trasciende el hecho de posibilitar que esos grupos productivos puedan comercializar sus productos. Si bien es fundamental la generación de empleos dignos y autónomos, nuestra propuesta va “más allá”.
Cada vez que usted compra un producto en El Almacén Andante, colabora no sólo con los productores sino también con usted mism@ y su familia. ¿Por qué? Porque está construyendo, junto a nosotros, la Soberanía Alimentaria.
¿Qué es la Soberanía Alimentaria?
Es el derecho de los pueblos a producir sus alimentos, a ser soberanos en su producción y consumo, respetando sus culturas y satisfaciendo plenamente sus verdaderas necesidades. La soberanía alimentaria entiende que para que un pueblo sea soberano debe poder tomar las decisiones que lo afectan, decidir entre todos qué necesitamos comer y poner el territorio en función de eso. Esto es democracia pura.
Lamentablemente, el actual modelo de agronegocios que se impone principalmente en los países periféricos, atenta contra nuestra posibilidad de alimentarnos saludablemente y según nuestra cultura.
Este modelo nació como hermano gemelo de la Revolución Verde. En 1960, había 80 millones de seres humanos que pasaban hambre en todo el mundo. El gobierno de Estados Unidos junto a su pelotón de empresas transnacionales, creó esta “revolución”, que consistió en una gran campaña de propaganda para justificar ante la sociedad la “modernización” de la agricultura, con el uso intensivo de máquinas, fertilizantes químicos y venenos. De esta forma, la producción aumentaría. Y efectivamente así fue; al día de hoy la productividad física por hectárea aumentó mucho y la producción total se cuadruplicó a nivel mundial. Lo que no desapareció fue el hambre.
¿Cómo explicamos esto? Fueron las grandes empresas transnacionales (con sus socios locales) las que se hicieron cargo de la agricultura con sus máquinas, venenos y fertilizantes químicos. Los resultados fueron, por un lado, la concentración de la tierra y ganancias exorbitantes para unos pocos; y por el otro, un aumento en el número de seres humanos que pasan hambre (de 80 millones a 800 millones). Si a esto último, le sumamos los efectos que está causando actualmente la sustitución de la producción de alimentos por agrocombustibles, el número de hambrientos llega a 880 millones. De esta manera, sólo unos pocos deciden qué comemos, y determinan la calidad y el precio que debemos pagar por nuestros alimentos. Como dice el dicho “no todo lo que brilla en el supermercado es oro”.
En Argentina, este modelo es ejecutado por la Sociedad Rural Argentina, Confederaciones Rurales Argentinas, la Federación Agraria Argentina y Coninagro (agrupados en una Mesa de Enlace que dice llamarse “campo”), y sostenido por los gobiernos de turno (inclusive el actual gobierno, más allá de su discurso contrario a esta mesa de enlace).
Ante todo esto, es fundamental, en la medida de lo posible, apoyar a los pequeños productores locales (tanto rurales como urbanos) que actúan con lógicas solidarias y distintas del capitalismo, que busquen satisfacer las verdaderas necesidades de las comunidades locales y no la obtención de ganancias. En el camino hacia una verdadera Soberanía Alimentaria, es indispensable que la tierra que nos da de comer con sus frutos, esté en manos de los pueblos, de las comunidades. Para lograr esto se hace necesaria una reforma agraria integral, que tome a la tierra como un bien común (es decir, de tod@s), como el origen de la vida y del bienestar del pueblo.
Por esto, desde El Almacén Andante apoyamos el trabajo y la lucha de las organizaciones campesinas mundiales, como así también de diversas organizaciones urbanas, porque creemos que no sólo son sus reclamos, sus deseos, sus anhelos, sino que son los de todas nuestras familias. Usted ya es parte de este proyecto, de este camino, de esta alternativa. Cada vez que usted consume algunos de los productos de El Almacén (aunque cueste unas moneditas más que en el hipermercado), está caminando hacia la Soberanía Alimentaria."
Fuentes utilizadas por El Almacén en esta nota:
http://www.prensadefrente.org/pdfb2/index.php/new/2008/10/27/p4042
http://www.ecoportal.net/content/view/full/88009
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