viernes, 29 de enero de 2010
Nuevo video: El CJ en 6 pasos
La Coordinadora Estatal de Comercio Justo presentó un video donde explica qué es y en qué consiste el Comercio Justo en 6 sencillos pasos.
1.- Tú, el consumidor
2.- Todo tiene un precio
3.- Un mal proceso de producción
4.- Comercio Justo: cuando, donde y para qué
5.- Comprando lo justo
6.- Y ahora, tú decides
Mirá el video
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martes, 26 de enero de 2010
CJ al poder en Bolivia
El presidente de Bolivia, Evo Morales, mofificó su gabinete de ministros al asumir su nuevo mandato. En materia de igualdad de género, fue de las palabras a los hechos: desde ahora, hay 10 ministros varones y 10 ministras mujeres. Una de ellas, Antonia Rodriguez Medrano, fue nombrada en la cartera de Desarrollo Productivo y Economía Plural. Antonia es miembro de Asarbolsem, una de las organizaciones bolivianas de comercio justo más reconocidas, con sello de la World Trade Organization (WFTO) y miembro del Encuentro Latinoamericano de Tiendas de Economía Solidaria y Comercio Justo.
La Asociación Artesanal Boliviana Señor de Mayo (Asarbolsem) es una organización económica de productores artesanales con identidad, conformada por grupos del área sub urbana de la ciudad del Alto (La Paz) y comunidades rurales en la región Andina de Bolivia.
Que una referente del comercio justo regional haya llegado a un ministerio de Economía es un buen síntoma. Significa que en ese punto del planeta han decidido apostar a la economía social y al comercio justo como motor de desarrollo, con un respaldo políticamente consistente.
Ver la noticia completa en La Razón de Bolivia.
Foto: Mercado Justo
La Asociación Artesanal Boliviana Señor de Mayo (Asarbolsem) es una organización económica de productores artesanales con identidad, conformada por grupos del área sub urbana de la ciudad del Alto (La Paz) y comunidades rurales en la región Andina de Bolivia.
Que una referente del comercio justo regional haya llegado a un ministerio de Economía es un buen síntoma. Significa que en ese punto del planeta han decidido apostar a la economía social y al comercio justo como motor de desarrollo, con un respaldo políticamente consistente.
Ver la noticia completa en La Razón de Bolivia.
Foto: Mercado Justo
sábado, 23 de enero de 2010
Brasil publica lista de empresas con trabajo esclavo
El Registro de Empleadores registrados con explotación de mano de obra esclava en el país presentó esta semana para su actualización semestral. Conocida como la "lista sucia", el documento del Ministerio de Trabajo y Empleo (MTE) ahora tiene 164 infractores, incluidos los individuos y corporaciones.
Se incluyeron 12 empresarios nuevos y se eliminarán 10 nombres. Los infractores se encuentran casi exclusivamente relacionados con las actividades agrícolas. El listado se distribuye entre agencias gubernamentales y empresas para bloquear los vínculos comerciales de los infractores.
lunes, 18 de enero de 2010
CJ en la tele argentina
Fundación Noble y Canal Trece están sacando al aire en estos días spots de la campaña "Un argentino más otro", una iniciativa del medio para dar espacio a las organizaciones sociales en la TV abierta nacional.
Hay demasiado pocos segundos televisivos dedicados a la información de bien público como para no apaludir esta idea -y en esta crítica incluyo al sistema público de medios como principal omisión-.
Uno de los spots fue potagonizado por Mercedes Marsal, fundadora de "Arte y esperanza", una de las organizaciones argentinas pioneras en comercio justo. Pueden verlo aquí.
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sábado, 16 de enero de 2010
Augurios solidarios para este 2010
martes, 12 de enero de 2010
Se triplicó el consumo ético en Inglaterra
Los consumidores británicos han triplicado su gasto en productos y servicios éticos en la última década, según un estudio del banco Co-Operative, del que se hace eco el diario The Guardian. Según el informe anual sobre consumo ético de dicha entidad bancaria, los británicos destinaban a ese fin 14.928 millones de euros en 1999, y 39.808 millones de euros en 2009. A pesar de ese aumento, el gasto en productos éticos sigue representado aún un pequeño porcentaje del gasto total de los hogares en aquel país, que se situó en 985.625 millones de euros durante el pasado año.
El documento añade que la inversión media anual por hogar en artículos y servicios éticos pasó de 266 euros al inicio del periodo estudiado, a 812 euros el pasado año, y su inversión en banca ética se triplicó.
Las familias británicas dedicaron una media 277 euros en 2009 a medidas para combatir el cambio climático, frente a los 25 euros que consagraban a ese fin hace 10 años, aunque el informe señala que el gasto en energías renovables y viajes respetuosos del medio ambiente sigue siendo relativamente bajo.
El consumo de productos con el sello de comercio justo, que incluyen desde café y chocolate a algodón, producidos en países en vías de desarrollo garantizando a sus cultivadores precios que les permitan obtener unos ingresos dignos, ha pasado de 24 millones de euros en 1999 a 702 millones de euros en 2009, y los autores de la investigación prevén que podría superar los 1.100 millones de euros en 2010.
Los productos respetuosos con el medio ambiente para el hogar, entre los que se incluyen electrodomésticos eficientes en consumo de energía o cargadores de pilas, se ha quintuplicado pasando de 1.548 millones a 7.742 millones de euros, un incremento que ha sido propiciado fundamentalmente por las ayudas del gobierno, según el estudio.
Fuente: SERVIMEDIA - Enero de 2010
Ver reporte 2008 (en inglés)
Imagen: Maps of world
jueves, 7 de enero de 2010
Consumidor responsable: el activista de hoy
Tres diarios argentinos -Río Negro, El Territorio y La Opinión Austral- publicaron en diciembre una columna que escribí para la Red de Diarios.
Aquí se las transcribo, aunque pueden leerla también en los sitios web de los diarios.
La frase "sociedad de consumo" suele estar cargada de connotaciones negativas. Sin embargo, muchas organizaciones sociales en todo el mundo han encontrado una forma de contrapeso, que perpetúa el consumo como principal motor de la economía pero cambia profundamente la forma de ejercerlo. Así, el consumo desmedido o irracional deja paso al consumo responsable, ejercido con conciencia y conocimiento acerca de las condiciones de producción de los bienes y servicios.
En los años 60 confluyeron tres movimientos que fueron claves a la hora de instalar la noción de que el consumo desmedido, guiado únicamente por la obtención de ganancias, podía llevar a un colapso planetario: el movimiento hippie, las organizaciones ecologistas y las ONG humanitarias que esbozaron por primera vez la idea del comercio justo. El desapego por lo material, la defensa de los recursos naturales y la revalorización del origen en la cadena comercial fueron -y aún lo son- sus banderas. Y aunque sus acciones son bien diferentes, los tres comparten un mismo trasfondo: el desafío de la noción ingenua de que el consumo consiste solamente en la satisfacción de una necesidad.
El consumo responsable revierte la idea que tenemos de nosotros mismos como último eslabón de la cadena comercial y nos pone en el centro de la escena, como protagonistas y co-responsables de la realidad que vivimos, con especial énfasis en la desigualdad social y la degradación del ambiente. No es casual que conceptos tales como la huella ecológica, el comercio justo, la economía social, la soberanía alimentaria y la responsabilidad social empresaria hayan surgido casi al mismo tiempo para reparar los excesos que el consumo desmedido y global ha causado en el lapso de los últimos cincuenta años. La fecha tampoco es antojadiza: tal como lo explica Annie Leonard en el video "La historia de las cosas", el consumo adquirió su papel central a partir de la posguerra, cuando Estados Unidos gestó conceptos como la obsolescencia programada y la percibida de la vida útil de los productos. La primera nos obliga a volver a comprar un producto que ha sido planificado y fabricado para no durar, mientras que la segunda se relaciona con la moda, que nos propone reponer una y otra vez aunque el producto siga cumpliendo su función.
Entonces, ¿cuál es la propuesta? No es dejar de comprar, sino seguir haciéndolo pero intentando actuar con conciencia en los diferentes momentos del circuito: la extracción, la producción, la distribución, el consumo y la disposición final de las cosas. Minimizar la extracción de recursos no renovables; producir en condiciones dignas y saludables para los trabajadores y el medio ambiente; ampliar y mejorar la distribución de los productos naturales, orgánicos y de comercio justo; comprar a las organizaciones o empresas que fabrican con ética; preferir los productos de origen local, sin trabajo infantil ni esclavo y con embalajes de bajo impacto ambiental; cuidar el uso del agua y la energía y reciclar o reutilizar son algunas de las soluciones que están a nuestro alcance.
Algunos ejemplos de organizaciones que trabajan en este sentido en Argentina son Arte de pueblos, Amartya, Arte y Esperanza, Mercado de Bonpland, Mutual Sentimiento, Reciduca, Adobe, El Ceibal, Mesa Nacional de Productores Familiares, Plataforma Patagónica de Organizaciones Sociales, Jepea, Icecoop, Centro de Comercio Solidario, Ecovolta, Satori Lab, Sabe la tierra, además de redes de comercio justo y grupos de consumidores responsables en todo el país.
DOLORES BULIT (*)
Periodismo Social
Aquí se las transcribo, aunque pueden leerla también en los sitios web de los diarios.
La frase "sociedad de consumo" suele estar cargada de connotaciones negativas. Sin embargo, muchas organizaciones sociales en todo el mundo han encontrado una forma de contrapeso, que perpetúa el consumo como principal motor de la economía pero cambia profundamente la forma de ejercerlo. Así, el consumo desmedido o irracional deja paso al consumo responsable, ejercido con conciencia y conocimiento acerca de las condiciones de producción de los bienes y servicios.
En los años 60 confluyeron tres movimientos que fueron claves a la hora de instalar la noción de que el consumo desmedido, guiado únicamente por la obtención de ganancias, podía llevar a un colapso planetario: el movimiento hippie, las organizaciones ecologistas y las ONG humanitarias que esbozaron por primera vez la idea del comercio justo. El desapego por lo material, la defensa de los recursos naturales y la revalorización del origen en la cadena comercial fueron -y aún lo son- sus banderas. Y aunque sus acciones son bien diferentes, los tres comparten un mismo trasfondo: el desafío de la noción ingenua de que el consumo consiste solamente en la satisfacción de una necesidad.
El consumo responsable revierte la idea que tenemos de nosotros mismos como último eslabón de la cadena comercial y nos pone en el centro de la escena, como protagonistas y co-responsables de la realidad que vivimos, con especial énfasis en la desigualdad social y la degradación del ambiente. No es casual que conceptos tales como la huella ecológica, el comercio justo, la economía social, la soberanía alimentaria y la responsabilidad social empresaria hayan surgido casi al mismo tiempo para reparar los excesos que el consumo desmedido y global ha causado en el lapso de los últimos cincuenta años. La fecha tampoco es antojadiza: tal como lo explica Annie Leonard en el video "La historia de las cosas", el consumo adquirió su papel central a partir de la posguerra, cuando Estados Unidos gestó conceptos como la obsolescencia programada y la percibida de la vida útil de los productos. La primera nos obliga a volver a comprar un producto que ha sido planificado y fabricado para no durar, mientras que la segunda se relaciona con la moda, que nos propone reponer una y otra vez aunque el producto siga cumpliendo su función.
Entonces, ¿cuál es la propuesta? No es dejar de comprar, sino seguir haciéndolo pero intentando actuar con conciencia en los diferentes momentos del circuito: la extracción, la producción, la distribución, el consumo y la disposición final de las cosas. Minimizar la extracción de recursos no renovables; producir en condiciones dignas y saludables para los trabajadores y el medio ambiente; ampliar y mejorar la distribución de los productos naturales, orgánicos y de comercio justo; comprar a las organizaciones o empresas que fabrican con ética; preferir los productos de origen local, sin trabajo infantil ni esclavo y con embalajes de bajo impacto ambiental; cuidar el uso del agua y la energía y reciclar o reutilizar son algunas de las soluciones que están a nuestro alcance.
Algunos ejemplos de organizaciones que trabajan en este sentido en Argentina son Arte de pueblos, Amartya, Arte y Esperanza, Mercado de Bonpland, Mutual Sentimiento, Reciduca, Adobe, El Ceibal, Mesa Nacional de Productores Familiares, Plataforma Patagónica de Organizaciones Sociales, Jepea, Icecoop, Centro de Comercio Solidario, Ecovolta, Satori Lab, Sabe la tierra, además de redes de comercio justo y grupos de consumidores responsables en todo el país.
DOLORES BULIT (*)
Periodismo Social
lunes, 4 de enero de 2010
Quieren una Red de CJ en Perú
Lima, 03 Enero 2010
Pequeños productores impulsarán ferias distritales con productos orgánicos
Proponen crear Red Nacional de Comercio Justo para reducir la pobreza
Los miembros de la Coordinadora Nacional de Pequeños Productores de Comercio Justo – Perú acordaron promover una red de comercio justo en el país como una forma solidaria de reducir los altos índices de pobreza rural y buscar mecanismos para incrementar la cantidad de agricultores que accede al sistema internacional de mercado solidario.
Al respecto, el presidente de esta entidad, Arnaldo Neira, señaló que durante el 2010 se promoverá la realización de ferias en diversos distritos de Lima con el fin de sensibilizar a la población sobre el esfuerzo que realizan los pequeños productores orgánicos del Perú para cultivar productos de calidad, que están libres de pesticidas y químicos, y por lo tanto no afectan la salud.
“La idea es explicar a los compradores que ese esfuerzo requiere de un premio especial para los productores, pues de esa manera se les incentiva a continuar cultivando un producto sano y de calidad”, comentó.
Explicó que este sistema comercial internacional, que es más equitativo y reduce al mínimo los intermediarios para que los pequeños agricultores reciban un mejor precio por sus productos, ha tenido una gran incidencia positiva en los niveles de vida de los agricultores peruanos que acceden a este sistema.
“El movimiento mundial de comercio justo tiene casi cuatro décadas y en nuestro país comenzó con la exportación del café. Gracias a este mercado solidario los productores hemos podido obtener mejores precios y no limitarnos a aceptar lo que nos querían imponer los intermediarios, que se aprovechaban de nosotros. Ahora tenemos once productos en el comercio justo, como el banano orgánico, que en los últimos cinco años se ha colocado en el primer lugar en las preferencias del mercado”, detalló.
Agregó que también están certificados para el comercio justo el cacao, mango, jugos, panela, té, algodón, frutas frescas, nueces y mermeladas.
Consumidores deben insertarse en el proceso
Más adelante, Neira refirió que ha llegado el momento de que los consumidores peruanos también se inserten en este proceso, reconozcan el esfuerzo realizado por los pequeños productores durante todo el proceso de cultivo y sean solidarios con ellos.
“Ahora hay algunas iniciativas aisladas, pero es importante desarrollar un programa a nivel nacional, que cuente con el respaldo del gobierno, tanto central, como regional y local, a fin de que más productores, especialmente de las zonas más pobres del país, accedan al comercio justo”, propuso.
Estimó que la exportación mediante el comercio justo bordeó este año los 200 millones de dólares en diversos productos orgánicos, cuyo principal destino es la Unión Europea, Estados Unidos y Japón.
Actualmente hay 100 mil pequeños productores agrupados en 58 organizaciones en todo el país que cuentan con la certificación que les permite acceder al comercio justo. Al menos 22 de ellas se han registrado en la Coordinadora Nacional de Comercio Justo, agrupando a 48 mil productores. Y recientemente acaban de admitir a trece organizaciones más que exportan diversos productos bajo el sistema solidario.
Fuente: Inforegión
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